jueves, 1 de mayo de 2014

ninguna

Las citas con Él siempre eran sorprendentes. Solía subir al coche con la incertidumbre de no saber donde terminariamos apareciendo. El único sitio que repetiamos era la casita del parque. Era un parque de las afueras, con una casita de esas de madera con un tobogán que baja. Allí nos quedábamos durante horas hablando y pasando el tiempo sin preocuparnos demasiado de nada.

Una noche, tan normal como otra cualquiera y tan extraña como ninguna, terminamos viendo estrellas en Paracuellos, con una toalla a modo de colchón y su brazo izquierdo a modo de almohada. "¿Ves aquellas estrellas de allí?" le dije "parecen un armadillo!" ÉL me miró a los ojos y me sonrío con un brillo especial en la mirada "Las estrellas se reflejan en tus ojos" dijo al tiempo que acariciaba mi mejilla... Aquella noche tampoco hubo beso y me dejó una canción idónea para el recuerdo: "Kiss the girl" de La sirenita...

Una semana más tarde, la casita del parque fue testigo de nuestro primer beso... con más nervios de los que he tenido en mi vida, un latir acelerado y un cosquilleo incesante en el estómago.

Yo no quería preocuparme demasiado de nada en aquellos momentos. Era feliz, le veía a diario, me sorprendía constantemente y no necesitaba al mundo porque me bastaba con tener su presencia. Me parecía raro que nunca quisiese quedarse cerca de aquí, que cuando nos cruzábamos por la calle se limitase a darme dos besos...ÉL lo justificaba todo diciéndome que Mr.Infantil seguía pillado por mí y no quería hacerle daño... pero pasaba el tiempo y yo empezaba a querer más de ÉL. Mr.Infantil tenía que saber la verdad tarde o temprano, no podiamos engañarle siempre... y nosotros ya llevábamos bastante tiempo juntos como para saber que era real.

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